Tras el espantoso ridículo del gobierno de Sánchez por haber sido ninguneado por Joe Biden respecto a la crisis de Ucrania, el presidente español ha tomado la iniciativa y ha organizado una cumbre del más alto nivel.
El flagrante ninguneo al que ha sido expuesto el ejecutivo español tras haberse expuesto como un radical defensor de los intereses de la OTAN, ha provocado un cisma en el gobierno, rápidamente atajado por el presidente.
«Joder, es que mando a la Blas de Lezo, ofrezco enviar tropas de tierra y poco menos que amenazo a Rusia y, aún así, Joe Biden nos ignora»– se expresaba Albares, encargado de la cartera de exteriores, en el bar de su cuñado.
La situación sentó realmente mal en el gobierno español, no se puede ocultar. De hecho, el canciller español se explayó tras dos pacharanes más.
«Es que no sé qué hemos hecho mal. Defendemos los intereses de la OTAN en un país que nos pilla en el quinto pino y contra una potencia nuclear como Rusia. Ya tragamos con ingresar en la OTAN en los 80 cuando nos oponíamos. Territorios españoles como las Islas Canarias, Ceuta y Melilla no quedan bajo el paraguas de la organización atlántica. EEUU vende armamento a Marruecos mientras Mohamed asalta nuestras fronteras y nos chantajea con más inmigración. Incluso les reconoció el Sáhara Occidental como Marruecos aunque es una cuestión española. A veces parece que no nos quieren y somos un tonto útil. Suerte que luego tenemos reuniones al más alto nivel en un pasillo y se nos pasa la sospecha.»– expone el cada vez más colorado Ministro.
«Cuando vimos esa forma de pasar de nosotros, el presidente del gobierno tomó la iniciativa y decidió atajar la situación de raíz. Comenzó a preparar una cumbre con los más altos líderes de nuestras potencias vecinas. Llamó personalmente a Luxemburgo, Andorra y habríamos llamado al Vaticano, pero Yolanda no nos quiso dar el teléfono. Luxemburgo nos tuvo 30 minutos en espera con una musiquilla horrible. Total, para al final colgarnos. Aunque nos daba igual, no hablamos francés ni alemán. Pero Andorra si que se mostró más receptiva. No sabían quién era Pedro Sánchez, pero nos dijeron que se lo pensarían y en unas semanas nos mandarían una respuesta definitiva.»– explica Albares, cada vez más alegre.
Pero la llamada de Andorra no llegaba y el ejecutivo sufría cada vez más tensiones internar. Hasta que en pleno de una reunión telemática para buscar soluciones al ridículo, la solución llamó a la puerta de la Moncloa. Literalmente.
«Estábamos discutiendo qué podíamos hacer para afrontar esta crisis. Estábamos entre sacar a Franco a la opinión pública o sacarnos unas fotos en el Falcon. Pero la solución llegó sola. Llamó a la puerta. Pero de verdad. Estaba hablando con Pedro por Teams y de golpe sonó el timbre de la Moncloa. Pedro me dijo que sería para Bego, que estaban esperando otro colchón. Pero no. Eran los del Círculo de Lectores. Bendita la hora. Yo pensaba que ya no existían, pero si. Así que Pedro se reunió con ellos en una conferencia del más alto nivel. Ya tenemos la solución. «Teo se va de cumbre». Hemos comprado la colección entera. Se acabó la crisis.»
Una vez más, la cultura ha ganado.
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