En su nuevo programa matinal en la televisión pública bielorrusa «Buenos días con Sasha», el dictador campestre ha contado que recientemente ha tenido un sueño.
«He tenido un sueño». Así ha empezado Aleksandr Lukashenko su programa matinal «Buenos días con Sasha». Pero no tenía nada que ver con el discurso de Martin Luther King. El autócrata bielorruso hablaba de un sueño que había tenido la noche anterior.
«He tenido un sueño. Un sueño muy extraño. Estaba en la cama durmiendo plácidamente cuando se me aparecieron tres espíritus diferentes. Los fantasmas de las dictaduras pasadas se hacían llamar».
Cualquiera en su sano juicio comenzaría a dudar de las facultades mentales del dictador, pero como nadie quiere convertirse en abono para patatas, todo el equipo televisivo le dejó continuar con la narración de su sueño.
«Se me apareció Hitler para decirme que lo que hacía estaba siendo horrible, que así nunca sería un gobernante ejemplar. Y le tuve que responder que intentaba copiar su estilo, reprimo a la población y ataco y encierro a la oposición, no sé que hago mal».
En ese momento los dos espectadores que estaban viendo el programa matinal de Aleksandr no se podían creer lo que estaban escuchando, pero el dictador siguió su narración.
«Adolf me dijo que lo estaba haciendo mal porque ese no era el verdadero estilo de un dictador. Que él sabía más de dictaduras. Que a su lado yo parecía un tirano de cartón. Que no tengo cámaras de gas, no hago ir a la gente con brazaletes identificativos ni señalo negocios. Que soy una vergüenza como dictador. Y desapareció dejando humo. Muy coherente».
Pero no fue la única visita de los espíritus de las dictaduras pasadas que recibió Sasha, el siguiente fue Mussolini. Así lo narró.
«El siguiente que me visitó fue Benito. Pero fue una visita fugaz. Llegó y me preguntó si tenía espaguetis o un plato de pasta con tomate. Le dije que tenía patatas nuevas, que podía prepararse unos gnocchis, pero puso cara de asco y me dijo que prefería aparecerse en Moscú, que Putin siempre tiene pelmeni y le gusta más. Y desapareció».
Y la narración no se quedó allí, pues el sueño del rústico líder amante de las patatas, tenía un capítulo más.
«Finalmente se me apareció el fantasma de un señor bajito, con bigote y vestido de militar. Decía ser Francisco Franco. Y ésta fue la aparición más perturbadora. Me dijo que no hiciera ni caso al italiano ni al austríaco con complejo de alemán, que son muy famosos pero no consiguieron nada. Me dijo que hiciera como él, que se dejase de reprimir y torturar, que así no se llega a estar 40 años en el poder. Mira a Mussolini y a Hitler, mucha represión, mucho control, pero uno acabó colgado y el otro se suicidó. Y mírame a mi, casi 40 años en el poder y morí de viejo. Y ahora muchos me añoran. Normal. Yo era un dictador, pero les fui dejando vivir sin esos vicios de gasear judíos o deportar a millones de personas. Y cuando morí les dejé montar una democracia. Y así les va, pagan hasta por ir a un lavabo público y son dirigidos por perturbados mentales. Eso es lo inteligente, gobernar por inercia y que cuando no estés, los siguientes lo hagan tan mal que tú parezcas un santo… bueno, me voy, que Fidel Castro me espera, tenemos cita con Stalin para hablar de nuestras cosas. Ese georgiano tiene un carácter horrible, será el «padre de las naciones», pero si no le haces caso te explota la cabeza. Trotsky sabe de lo hablo».
Tras toda esta narración, la audiencia bielorrusa y el equipo de grabación estaba atónito, pero afortunadamente el líder supremo llegó a una conclusión que no incluía gasear a la oposición.
«Ese sueño no podía ser premonitorio, cuando tengo sueños lúcidos se me aparece una seductora patata con liguero y tacones. Debió ser una pesadilla provocada por una cena pesada. Esas patatas habían sido adulteradas por la oposición con ayuda de la Unión Europea, estoy seguro. Pero no se va a volver a repetir. A partir de ahora no dormiré e invertiré las noches en alegrar a todos los ciudadanos bielorrusos. A partir de ahora todas las noches habrán nuevos programas de televisión presentados por mi. A las 20:00, «Cena con Sasha». A las 22:00 «Debate libre con Aleksandr padre e hijo». A las 0:00 películas picantes narradas por Sasha, hoy «Mary Poppins, la cerda voladora». Y a partir de las 2:00, la selección de teletienda «Lukashenko y sus juguetes», una selección de los mejores productos. Por ejemplo, una porra extensible especial para la oposición, gas lacrimógeno hechos con patata o una camisa blanca con la característica firma de vuestro líder en las axilas. Ahora todo con un un 3% de descuento. Además, las primeras 20 llamadas recibirán de regalo un pack de vacaciones en una celda incomunicada».
Parece que no solamente en Occidente hay telebasura.
