El presidente del ejecutivo español comparece tras un Consejo de Ministros en que se han pactado algunos puntos para la elaboración de un plan especial para frenar el cambio climático y combatir la sequía que sufre nuestro país.
Ha sido un Consejo de Ministros tenso. Las discusiones y confrontaciones entre las dos partes del gobierno han hecho que en el propio Consejo, el presidente Pedro Sánchez dejase de mirarse en el espejo y decidiese poner orden. Las posiciones estaban completamente enconadas. La parte socialista pretendía sacar unos billetes de AVE a Sevilla en mesas de cuatro para ahorrar y gastárselo todo en rebujitos. Mientras, el sector de Podemos era reticente a hablar por haberles obligado a asistir al Consejo de Ministros a las 11:00 y tener que madrugar. Irene Montero, incluso, ha amenazado con romper el gobierno de coalición si se vuelve a ver obligada a salir de casa sin haberse tomado su colacaíto. Por lo visto, la alto cargo del Ministerio de Igualdad que le prepara el desayuno no ha tenido tiempo a prepararle la leche con cacao a la ministra por las prisas y las horas intempestivas.
Pero el presidente impuso el orden. Decidió imponer disciplina en sus filas y facilitarles 4 aviones para viajar a Sevilla y 5 autobuses para las chicas. Del mismo modo, hizo traer una remesa de Colacaos para los miembros de Podemos Y una garrrafa de cinco litros de Cacaolat y 10 paquetes de Donuts por si venía Gabriel Rufián de improviso.
Una vez armonizada la situación, se prosiguió con la orden del día y se pactaron unos puntos para la elaboración de un plan contra el cambio climático y la sequía en España.
PORRO, Plan Orgánico de Recliclaje y Reestructuración Obligatoria.
Aprobados los puntos básicos del Plan Orgánico de Reciclaje y Reestructuración Obligatoria, el presidente del gobierno ha comparecido ante los medios para anunciar que en los próximos meses se definirá el contenido del mismo.
Tras ser preguntado por los puntos pactados para el conocido como PORRO, el presidente ha contestado:
-«Lo realmente importante es que tenemos PORRO. Los pormenores aún no podemos mostrarlos y se irán viendo en los próximos meses. Pero será un plan en la línea europea para combatir el cambio climático. Medidas que algunos tratarán de inútiles y contra la población, pero que estamos seguros que servirán de mucho. Por ejemplo, tras la aprobación del descuento sobre la gasolina y el diésel, yo pude viajar más en Falcon y pisar menos la calle. A mi me fue de perlas. Y al no verme por la calle, la gente no se calienta. Y algunos dicen que mis medidas no combaten el calentamiento global…
Pero tras repetidas preguntas e insistir, el presidente del gobierno aceptó detallar una de las futuras medidas que se esconden tras el PORRO.
-«No queremos que el PORRO sirva a la extrema derecha, a la derecha extrema y al cuarto de libra de derecha radical extra sin mayonesa ni pepinillos para decir que es una cortina de humo. Por eso voy a detallar un punto que constará en el Plan y que se cumplirá si o si. Así no podrán decir que nos hemos fumado el PORRO.
Bien, el gobierno incluirá en el PORRO la redacción de un decreto que logre reducir el consumo innecesario de celulosa. Por ello prohibiremos todos aquellos papeles higiénicos de más de una capa. Y haremos especial hincapié en acabar con esa lacra de papeles acolchados de triple capa. Ese puñetero y adorable perro del papel ha contribuido más al cambio climático que todas las centrales térmicas de China. Es una vergüenza que en un país progresista como el nuestro, se hayan podido anunciar libremente esos anuncios rancios y antiecológicos promocionando el uso de papel confortable de tres capas. Pero gracia a este gobierno, se acabó la impunidad. Se incautarán todos los rollos y ese perro será castrado y enviado a un centro de reeducación. Se han limpiado el culo por encima de sus posibilidades. Y gracias a la reducción de capas, también se ahorrará agua al tirar menos de la cadena. Otro éxito del gobierno. Pero no nos quedaremos ahí. Ya llevamos tiempo trabajando en reducir la producción agroalimentaria y en subir el precio de los alimentos hasta unos niveles en los que resulta demasiado caro comer. De este modo, la gente defecará menos y habrá mayor ahorro de agua. Todo ventajas.»
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